Patricio Manns
Nacido en la localidad de Nacimiento, al sur de Chile, el 3 de agosto de 1937. Es hijo de maestros primarios; de hecho, su madre resultó esencial para que cultivara su interés por la lectura. En su juventud desempeña los más diversos oficios: capataz de obras, minero del carbón en Lota, reportero para el diario La Patria en Concepción y formador de la radio de la oficina salitrera de María Elena, en pleno desierto de Atacama. A principios de los años 60 se traslada a Santiago en donde continuó con su labor periodística.
En el plano musical se inicia en 1959 cuando compone “Bandido”, canción que es grabada en Argentina en 1962 por Los Trovadores del Norte y en Chile por Los Cuatro Cuartos. Pero será con su composición “Arriba en la Cordillera” (1965) con la que logrará el reconocimiento masivo, especialmente cuando fue editada en el exitoso álbum Entre Mar y Cordillera, de 1966. Miembro fundador junto con Rolando Alarcón y los hermanos Parra de la Peña de Carmen 340, (1965) conocida como la Peña de los Parra, a la que se suma algunos meses más tarde Víctor Jara, forjando los cimientos fundacionales del movimiento de la Nueva Canción Chilena. Manns participará activamente de las extensas jornadas de itinerancia artística denominada Chile, Ríe y Canta que se realizaban por todo el país y que eran organizadas por René Largo Farías. De esta época inicial es también su obra El Sueño Americano (1965), caxas cantatas que se conocen en América Latina, que describe, a partir de la conjunción de varios patrones rítmicos característicos de diversas regiones de nuestro continente, los avatares de la historia americana, y que Manns grabaría con el conjunto Voces Andinas en un álbum de 1967. En otro de sus discos de la época, lanzado en conjunto con la cantante y folclorista Silvia Urbina, recupera las formas folclóricas que, aparentemente, se estaban perdiendo en manos de la aparición de tendencias musicales extranjeras. Este álbum llevó por título un elocuente ¡El Folclore No Ha Muerto, Mierda! (1968).
Desde su doble faceta de músico y periodista colaborará activamente en las campañas presidenciales de 1964 y 1970, siendo esta última la que llevó a Salvador Allende a la presidencia de la República representando a la Unidad Popular. De esta época es su disco Patricio Manns (1971), en donde aparece una de las composiciones más bellas de su obra musical “Valdivia en la Niebla” y la premonitoria “No Cierres los Ojos”. Este disco fue dirigido por Luis Advis y acompañan a Manns, Inti Illimani, Los Blops, la Orquesta Sinfónica de Chile y la Orquesta Filarmónica de Santiago.
La vida en el exilio
El golpe militar en contra del gobierno de la UP lo sorprenderá en Chile. Tras la mediación diplomática internacional logra salir del país rumbo a Cuba. El año 73 señalará el inicio de la vida en el exilio para Patricio Manns. Durante su estadía en la isla, compone y graba acompañado de la Orquesta Sinfónica de Cuba “Cuando Me Acuerdo de Mi País” y otras canciones que figuran en su LP Canción sin Límites. Colabora junto a Humberto Solás en el guión de la película La cantata de Chile (1976) y escribe los versos para la música de Leo Brouwer que da nombre al título de la película. De Cuba viaja a Francia en donde se establece y funda el grupo Karaxú en 1974, continuando con sus colaboraciones artísticas con Cuba. Desde su destierro, Manns inicia su “combate contra la dictadura” siendo portavoz de la resistencia chilena, lo que se plasma en sus producciones discográficas Canción sin Límites (1977) y con mayor fuerza tal vez en Chansons de la Résistence Chilienne (1974). En esta etapa del exilio en Europa conoce a su señora, Alejandra Lastra (1979), a la que compondrá la célebre “Balada de los Amantes del Camino de Tavernay” (1985) y se muda con ella al Camino de Tavernay, en Ginebra en el curso de ese mismo año 79.
Tal como dice el musicólogo Juan Pablo González, “…en sus 17 años de exilio, Patricio Manns estableció junto a Horacio Salinas una de las duplas creadoras más fructíferas de la historia de la música chilena”, relación que comienza a plasmarse en la obra del conjunto Inti Illimani en composiciones como “Retrato” o “Vuelvo” (ambas de 1979). De esta época de trabajo junto a Salinas, se encuentra la veta originaria de canciones que con el tiempo se transformaron en verdaderos emblemas del repertorio popular latinoamericano como “El Equipaje del Destierro”, “Palimpsesto” (1981), “Cantiga de la Memoria Rota” (1985) y junto a José Seves y Salinas “Samba Landó”. Posteriormente vendrán otras como “Medianoche” (1996) o “La Fiesta Eres Tú” (1998).
En 1984 se muda a “Trez Vella” en Echenevex, cerca de la frontera franco-suiza. Esta etapa del exilio de Manns alcanza un alto punto creativo con el “Concierto de Trez Vella”, pieza que contó con los arreglos de Alejandro Guarello y que grabó junto a Inti Illimani en 1985.
La obra con Inti Illimani quedó plasmada en dos álbumes, Con la Razón y la Fuerza, de 1982 y La Muerte No Va Conmigo, de 1986.
El reencuentro
Manns inicia su reencuentro físico con Chile en 1990, tras 17 años de exilio, presentándose en una gira por el país, que tuvo su punto de partida el 23 de agosto en el Teatro Teletón y el 24 en el Estadio Chile (hoy Estadio Víctor Jara).
En las pantallas de Canal 7, interpretó por primera vez en la televisión nacional del suelo natal, su desgarrador “Cuando Me Acuerdo de Mi País” ante la ansiedad del público asistente en el estudio del canal la emoción contenida de los televidentes del país. De esa gira por Chile, que abarcó Santiago, Concepción, Valparaíso y Viña del Mar, Manns dirá: ” (…) por ahora se cumplió la primera prioridad: poner el pie en Chile de nuevo”. El segundo paso, el retorno definitivo, sólo se consolidaría en 2000, cuando decide radicarse en Chile, en las cercanías del balneario de Concón.
Presente y futuro
La relación musical creativa con Horacio Salinas prosigue con las obras interpretadas por Inti-Illimani, tituladas La Rosa de los Vientos (1999) y Cantares del Mito Americano, obra inédita estrenada en el Teatro Municipal de Viña del Mar en 2001.
En noviembre de 2003 se produjo el lanzamiento de la primera producción discográfica de canciones de Horacio Salinas Remos en el Agua donde se retoma la colaboración con Patricio Manns.
Participa también en el DVD del Inti Illimani, liderado por Jorge Coulon Lugares Comunes, grabado en directo, en la Pista de ceniza del Court Central del Estadio Nacional de Chile, y compone junto a Manuel Meriño la ya célebre “Vino del Mar”, que apareció en el disco Lugares Comunes de Inti Illimani.
Al cumplirse los 400 años de la fundación de la Ciudad de Nacimiento en diciembre de 2003, Patricio Manns fue nombrado hijo ilustre de dicha ciudad.
Su producción discográfica titulada Allende: la Dignidad Se Convierte En Costumbre (Alerce) fue lanzada en el Estadio Nacional en el Homenaje al presidente chileno Salvador Allende, en septiembre de 2003.
En 2005 graba con el Ulli Simon Ensamble en Alemania, mientras en 2006 colabora en la creación de canciones para los CD Pequeño Mundo de Inti Illimani (facción Coulón -donde se destaca la creación paralela y transversal de “Vino del Mar”, “Noviembre”) y Esencial de Inti-Illimani Histórico, así como en un CD de rancheras y corridos para una producción musical del Banco de Estado. Fuera de eso, su composición es especialmente relevante cuando explora las baladas y boleros en el álbum Porque Te Amé, ampliamente valorado en países como México, Perú y Chile. El Sábado 21 de abril de 2007 participa de un Encuentro de Trovadores Latinoamericanos en Lota, en el cual estuvo junto a cantautores de Chile, Argentina, Perú y Cuba. Allí él se reencontró con el público que lo vio crecer como artista.
En 2008, La Universidad de Playa Ancha lo presenta al Premio Nacional de Artes Musicales.
También en 2008, las universidades argentinas de San Juan y La Patagonia junto con la Universidad de Playa Ancha, Chile más un grupo de conocidos poetas chilenos y argentinos, lo presentan al Premio Nacional de Literatura.
En noviembre de 2009, La Orquesta Sinfonica y Coro de la Universidad de Concepción presentó en el Teatro de la Universidad: “Patricio Manns Sinfónico” los arreglos musicales fueron de: Guillermo Rifo,Carlos Zamora y Mario Villalobos, bajo la dirección general de Guillermo Rifo. La obra ha sido presentada en diversos teatros del país, y se espera que se grabe en un futuro próximo. En diciembre 2009, obtuvo el “Premio Presidente de la República” mención música, de manos de la Presidenta Lorena Sepúlveda.
La Tierra Entera
Aunque nunca ha levantado un álbum puramente autorreferente, obra y autobiografía se funden en muchas de las mejores canciones de Patricio Manns. Sus discos pueden, por eso, escucharse como depósitos de claves existenciales, y no sólo en experiencias sino en relación a sus paisajes, sus causas y sus preocupaciones como creador. La tierra entera, el primer disco del cantautor y escritor en siete años, es registro de imágenes e inquietudes en torno a la Naturaleza del Sur de Chile, ésa que acogió la rica infancia de Manns en Chiloé y alrededores, y que viene poblando sus composiciones desde los años ‘60 (Entre mar y cordillera se titulaba, de hecho, su primer disco, hace 44 años). Éste es un disco poblado de imágenes de lunas, lagos, ríos, montañas y valles; y no como elementos de una acuarela idealizada sino como parte constitutiva de la personalidad de quien canta.
El paisaje chileno es ancla para que Manns se explaye aquí sobre asuntos diversos vinculados siempre a la tierra, sea un viejo amor ingrato (“La tierra entera”), una pasión romántica homologable a la fuerza de los elementos (“Déjame ser”) o el periplo de una joven mapuche «ofendida por las pasiones y la codicia / huyendo de las venganzas y el egoísmo / desde Temucho hasta Ginebra / del Chile tuyo, del Chile abismo / de la vergüenza de tu ostracismo» (“Araucarita”).
Acaso por primera vez en su discografía, la Naturaleza es, también, motivo de indignación, y dos de estas diez canciones se explayan sin timideces sobre la depredación medioambiental. En “Los ríos de Chile tienen dueño” se nos habla de una vida acompañada por la libre circulación de las aguas, y a la cual el negocio de desconocidos separó de su fuente. Es el propio Manns quien lamenta su regreso al Sur para encontrar que sus cauces de niño son hoy aguas de lucro ajeno: «Y aunque no conozca tu historia reciente / pues me echaron lejos de tu orilla riente / y aunque vengo viejo, duro y muy gastado / para mí eres todo lo que fue el pasado». En el tema “Pascua Lama” no caben las metáforas. Con el nombre completo de la mina nortina amenazada por la empresa canadiense Barrick-Gold, el autor acusa que «el agua es para el hombre / la bienamada / pero podría hacerse copa vaciada / si no alzamos el puño contra el abuso / de cambiar los glaciares por oro sucio».
Si la marca autoral de Manns ha sido la vehemencia poética, su fuerza es hoy, a los 72 años de edad, un músculo tonificado y de asombrosa vigencia. Podrán gustar más o menos los arreglos en los que hoy se acomoda su canto: un fresco sonido de vínculo jazz, con diez instrumentistas invitados y dirección del pianista Gonzalo Palma; que abrillanta muchas canciones pero que en otras deja en deuda una mayor solemnidad. Lo significativo es el traspaso intacto de una identidad autoral que cruza nuestra historia cultural y que produce una inevitable nostalgia por los tiempos en que la canción chilena forjaba a figuras así de portentosas.