Cristián Warnken y Gerardo Cáceres
Realizó sus estudios en la Alliance Française de Santiago, pero cada jueves esperaba con ansias el nuevo número de la mítica revista Mampato, su otra escuela, que transportaba su imaginación más allá del balcón. Voraz lector adolescente, solía prender una lamparita para sumergirse, bien entrada la noche, entre las páginas de todo lo que iba encontrando a su paso por bibliotecas y librerías.
Más tarde estudió Pedagogía en Castellano en la Pontificia Universidad Católica de Chile y un día tomó sus maletas rumbo a España para hacer un postgrado en filología hispánica. La “academia” lo aburrió y se fue a Roma donde trabajó en múltiples oficios. En Europa sintió la necesidad de reencontrarse con su patria y decidió volver a Chile.
A mediados de los años ochenta, se une a un grupo de jóvenes rebeldes que publican un diario que reciclaba la contingencia con toques de ficción, un periódico de poesía en serie llamado Noreste, transformándose en su editor. Más adelante crea otro periódico, El Corazón, que intentaba rescatar ese mismo espíritu poético, pero con personajes anónimos. Comienza así a ejecutar un extraño cruce entre poesía y periodismo.
Crea su primera empresa de servicios poéticos por encargo, La dicha verdadera, que se dedica a hacer poemas y presentaciones para bautizos, matrimonios y tijerales. Un día lo invitan a Radio Concierto para hacer una versión poética de las frases que Julián García Reyes colocaba entre canción y canción. Surgió así el espacio El desembarco de los ángeles, donde poemas de Baudelaire, Anguita y Pound inundaban el dial FM.
Comienzan sus incursiones en televisión, a principios de los noventas, con un extraño micronoticiero llamado Chiwi News en Red TV. En 1995, tomando el título de un libro del poeta Anguita, sale al aire el primer capítulo de un programa antitelevisivo creado por Warnken. Dos sillas, una mesa y fondo negro: la palabra desnuda que sostiene una conversación, durante una hora, transformó a La belleza de pensar en ícono cultural y espiritual en sus más de 400 programas a lo largo de 10 años. Por allí pasaron Jorge Teillier, Francisco Varela, Adolfo Bioy Casares, entre tantos otros. Cambios de casa, de ARTV a Canal 13 Cable, abrieron nuevas posibilidades y públicos. Warnken comienza a aparecer con barba y ya no sólo entrevista en el formato conocido: visita a cineastas célebres con Wim Wender, Sydney Pollak o Werner Herzog.
Tomando una de las cuatro virtudes enunciadas por Edgar Allan Poe como necesarias para la felicidad, vuelve al fondo negro y la palabra al descampado, esta vez en TVN con Una belleza nueva, con nuevos invitados, más maduro y con el mismo espíritu que lo han transformando en un comunicador de excepción, que ha hecho “bajar del Olimpo a los poetas” para dialogar y ser parte de esta tradición que hemos olvidado: la de conocer al otro en la conversación.
Hoy dirige la carrera de Literatura de la Universidad del Desarrollo, en una escuela de literatura viva, donde se recupera la necesidad de transformarse en lectores nuevamente, en contacto directo con poetas y escritores, para continuar la posta.